Infografía
Recorrido histórico del montaje cinematográfico
El montaje es la ordenación narrativa y rítmica de los elementos
objetivos del relato. El proceso de escoger, ordenar y empalmar todos
los planos rodados según una idea previa y un ritmo determinado.
Dicen los expertos que el cine es montaje, y no les falta razón.
En los inicios del cinematógrafo, los hermanos Lumière o Thomas
Alba Edison se dedicaban a registrar con sus rudimentarias cámaras
cosas que les llamaban la atención. Plantaban su cámara, le daban
vueltas a la manivela y grababan. El cinematógrafo, así utilizado, no
tenía ningún futuro, y ellos mismos lo sabían y así lo hacían saber. Sin
embargo, hubo quien no estaba muy de acuerdo con aquel punto de
vista. Edwin S. Porter, ayudante de Edison, experimentó con la
película y pensó en contar una historia empalmando diferentes
escenas. Algunos no estaban seguros de que el público fuera a
comprender la progresión narrativa de la historia, pero funcionó.
No sólo todo resultaba comprensible sino que además se añadía una
fuerte componente drámatica, pues se podía manipular al espectador
para que experimentase diferentes sensaciones dependiendo de
cómo se realizara el montaje. Los resultados fueron muy buenos y
con Porter dio comienzo la verdadera historia del cine. En los
siguientes 25 años todo quedaría establecido en lo referente al
montaje y, por lo tanto, en lo referente al cine.
Unos años después de Porter, D.W. Griffith se convirtió en el primer
gran cineasta. Estableció todas las reglas del montaje clásico que
dieron como resultado el concepto de montaje transparente. Su único
obejtivo era que el público no se diera cuenta de que la película está
montada, dando una sensación de continuidad cercana a la realidad.
Es el paso más importante a la hora de engañar al público haciéndole
creer que los acontecimientos se suceden continuadamente. Para
poner en práctica el montaje transparente es importante situar los
puntos de corte entre planos en movimientos de los personajes,
miradas y cualquier tipo de elemento que permita empalmar el
siguiente plano de forma que la acción parezca continuada. Debemos
tener en cuenta que la gran mayoría de las producciones
cinematográficas se ruedan con una única cámara, por lo que los
diferentes ángulos sobre los que se rueda una misma escena son
registrados sobre diferentes acciones que en pantalla deben parecer
una única.
20 años después de la invención del cine Griffith dominaba a la
perfección su técnica y era capaz de presentar todo tipo de trucos de
montaje sin hacer que el espectador se perdiese. El montaje
transparente no es el único paradigma de montaje que existe. Todavía
en la época del cine mudo, los cineastas rusos tenían una concepción
del montaje totalmente diferente. Para los pioneros rusos
como Eisenstein o Vertov, el montaje debía ser palpable para el
espectador, pues debía quedar claro que se estaba viendo una
película y no la realidad. Eisenstein concebía el montaje como un
conflicto entre dos imágenes y así es como lo trataba en sus películas
que, dicho sea de paso, tenían un fuerte contenido ideológico. Sus
obras Acorazado Potemkin y Octubre son dos de las películas más
importantes del cine ruso. Vertov era un pionero que se dedicó a
experimentar junto a su esposa en su laboratorio; cortando y pegando
trozos de celuloide fue capaz de crear una maravilla visual que no
puede explicarse con palabras y que sorprende incluso 80 años
después.
Desde 1930, una vez que el sonido se había incorporado, todo lo que
se ha avanzado en el cine ha sido en la técnica fotográfica y los
efectos especiales. El cine norteamericano se instauró como el
dominador mundial, parecía que el montaje transparente era la única
posibilidad a la hora de hacer una película por ser el más claro en
términos narrativos para el espectador.
Tuvieron que llegar los cineastas franceses de la nueva ola para
incorporar una nueva concepción del montaje, un montaje radical que
pretendía ser evidente sin que exista un objetivo oculto, salvo el de ir
contracorriente. Fue Jean Luc Godard quien lo inició en su película Al
Final de la escapada. A los teóricos del montaje esto no les gustó
demasiado y decía que Godard no tenía ni idea y que pasaba de todo y
lo que hacía lo hacía para ir contracorriente. Este tipo de montaje
entrecortado se llama jump-cut, y consiste en introducir cortes en un
determinado plano eliminando algunos fotogramas.
El cine norteamericano también se modernizó en cuanto al montaje.
Uno de los momentos importantes en la historia del montaje
cinematográfico es la película Bonnie & Clyde, que fue una
revolución
pues utilizó el montaje para llevar al extremo el impacto, utilizando
cámara lenta e infinidad de cortes al ritmo de los disparos de una
metralleta.
Así que a lo largo de la historia del cine es posible encontrar algunas
escenas cuyo valor dramático es obra del buen trabajo en el montaje.
Una escena creada en montaje, que no estaba pensada como resultó
pero que, gracias al trabajo del editor, se convierte en historia. El
juego de miradas es totalmente artificial, e incluso el gesto de
afirmativo de Bogart se rodó después para que todo cobrara sentido.
En la actualidad, en lo referente al montaje cinematográfico está todo
inventado, y mayoritariamente las películas se montan de forma que
el espectador no perciba los cortes de montaje. Sin embargo se
siguen utilizando algunas de las otras técnicas en muchas películas
para conseguir efectos dramáticos en determinadas escenas. Uno de
los directores más arriesgados en este sentido es Oliver Stone, que
pretende hacer creer al espectador que todo era material de archivo.
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